
¿Por qué les llaman duelistas?
Alguien se inventó la historia, y otros le siguieron el cuento. Lo que viene siendo una leyenda, surgida de la tradición oral, que hoy se ha llevado a los confines de internet.
Alimenta esta leyenda el hecho de que los bustos de las esculturas están dándose la espalda, como harían dos duelistas justo antes de darse la vuelta.
¿Cómo eran los duelos en el siglo XIX?
Participar en duelo era delito, no solo si el rival moría o era herido, era suficiente delito participar en el mismo. Suponía al menos el destierro, y normalmente alguna otra condena, por ejemplo Cervantes fue condenado a que se le cortara la mano derecha.
Pero es cierto que según el momento histórico, se han perseguido con más firmeza o por el contrario ha sido tolerado. En el siglo XIX la defensa del honor era algo muy aceptado por la sociedad “romántica”. Aunque esto no quita el absurdo de creer que los duques de Osuna honrarían tal práctica, dedicándole un monumento a la comisión de un delito.
De muy interesante lectura es un un libro de 1890, escrito por Eusebio Yñiguez, llamado “Ofensas y desafíos”. Aquí se describen las leyes que regían el duelo. El autor, en el prólogo dice: Útil tan solo para los que estimen en algo la inmaculada pureza de su honor. En uno de los artículos de este libro se dice que en los “duelos a pistola”, la distancia mínima será de 15 pasos y la máxima de 50 pasos. En muchos blogs de internet se lee que la distancia entre nuestras dos columnas es de 40 pasos, y que esta es justo la distancia de los duelos, pero en realidad vemos que entre 15 y 50 pasos hay mucho margen para que hablemos de una mera casualidad.
No son duelistas, son dioses griegos
Dejando de lado la leyenda, nos vamos a la mitología, más relacionada con las decoraciones originales de nuestro jardín. La mitología es algo muy presente en todo jardín romántico, y en El Capricho se encuentra representada en numerosos rincones, como en el Templete de Baco, la Columna de Saturno, la escultura de Venus en el Abejero, etc.
La columna que se encuentra más cerca de la entrada tiene un busto de mujer, que se a atribuido a Atenea, diosa griega de la guerra, la justicia, la sabiduría, las ciencias…
La columna más cercana al palacio tiene un busto de hombre, con un casco con alas, probablemente Hermes, dios mensajero. Aunque este mismo casco y alas también las lleva Perseo, semidiós que mató a Medusa y después regalo su cabeza a Atenea.
Las Columnas del Parterre
Sobre los bustos mencionados se desconoce el autor y el año de creación. Pero las columnas las encargó el XI Duque de Osuna al arquitecto Martín Lopez Aguado.
Son columnas toscanas de mármol, situadas sobre un pedestal de granito, que a su vez descansa sobre un montículo de rocalla.
Como se ve en este plano de 1970, en aquel momento las columnas (los puntos rojos) se encontraban en el centro de dos plazoletas, rodeadas de un parterre con setos en formas geométricas.
? ¿Os imagináis a los supuestos duelistas saltando estos setos?
